Durante la XXI edición de la Semana de la Novela Histórica de Cartagena se ha hecho entrega del Premio ODILO a la autora Laura Falcó Lara por su último libro ‘La maldición de la lanza sagrada’ (La Esfera de los Libros, 2020), una novela que mezcla hechos históricos con el thriller y el género de aventuras.
Laura Falcó Lara es una mujer fascinante cuyo recorrido profesional y experiencia vital le ha llevado a interesarse por un gran número de temas e historias y, desde niña, desarrolló una cierta conexión con todo lo esotérico.
Además de ser autora de grandes novelas como ‘Gritos antes de morir’ (Singular, 2012), ‘Chelston House’ (Línea Stoker, 2014), Última llamada. Vuelo CW0764’ (Polar, 2017) o ‘Amanecer de Hielo’ (Polar, 2017), Laura Falcó co dirige un programa de radio de misterio: “El Colegio Invisible” en Onda Cero, colabora en “La Rosa de los Vientos” de la misma cadena y en la empresa que preside se encuentra la reconocida revista Año Cero, una publicación especializada en historias y noticias de ciencias ocultas, ovnis, parapsicología, conspiraciones y mucho más. En este contexto, como la autora nos dijo durante una breve charla “para mí es casi inevitable que en mis novelas siempre haya pinceladas de ese mundo intangible, aunque sean sutiles (…) Es un tema que me ha atraído desde niña y con el que poseo una gran conexión”.
En palabras de la autora
“La trama se inicia con Eliza, una reconocida médium inglesa que se gana la vida al sur de Inglaterra, junto a su familia, poniendo en contacto a los vivos con sus seres queridos fallecidos. En una de sus sesiones, algo incontrolable y aterrador se comunica a través de ella para encomendar a una de sus hijas, Abby, una extraña y peligrosa misión: recuperar la lanza de Longinos.
Hablamos de aquella lanza que un centurión romano clavó en el costado de Jesucristo y que parece otorgar a su poseedor toda suerte de victorias y a aquel que la pierde, las peores desdichas, incluyendo la propia muerte.
Desde ese momento Abby se ve abocada a viajar hasta Alemania en busca del objeto sagrado pero maldito que, según ha averiguado, se encuentra en poder del mismísimo Hitler. Para poder llegar hasta él deberá adoptar una identidad falsa e infiltrarse en las filas de los jerarcas nazis en plena Segunda Guerra Mundial”.
Y es que la novela está inspirada en el personaje de Helen Duncan, una mujer que fue juzgada por brujería en 1943 por la ley de brujería de 1735 por revelar una información que todavía no era pública: El hundimiento del HMS Barham.
“Hay que pensar que en aquella época una buena médium recibía todo tipo de información de sus clientes que, además, eran personas influyentes y adineradas”, explica la autora. “Es muy posible que supiese del asunto por alguna filtración y lo usase en aquella sesión revelando a la madre de un tripulante del barco que su hijo no iba a regresar a casa, sin pensar en las posibles consecuencias.
Primero fue detenida por espionaje, pero claro, su aspecto de mujer poco ágil, de dudosa salud y entrada en carnes y años no correspondía para nada con dicha acusación, así que usaron la brujería como medio para retenerla presa. Si no era una espía, debía ser una muy buena médium y claro, con el futuro desembarco de Normandía en ciernes, no podían jugársela a dejarla libre y que volviese a destapar alguna información clasificada.
Tal fue el escándalo que el propio Churchill escribió una carta pidiendo explicaciones al juzgado sobre aquella extraña pantomima. Pero ni tan siquiera él consiguió sacarla, los servicios secretos no lo permitieron.”
El proceso de investigación, clave para ser lo más fiel a la historia posible
Durante la conversación, Laura Falcó comenta el gran reto que es adentrarse en cualquier periodo bélico por la cantidad de lagunas con la que siempre te encuentras. “Son periodos complicados donde las cosas más sencillas dejan de funcionar con normalidad y saber a posteriori el cómo y el cuándo, no es siempre sencillo. Preguntas tan básicas cómo qué trenes seguían funcionando hasta Berlín, en qué momento exacto se complicaron los accesos o las salidas de la capital, cómo se podía enviar una carta, o sacar los bienes del país sin ser detectado, se convierten en una pequeña odisea”.
Y añade, “pensemos que había edificios que hoy no existen, que los teléfonos eran algo exclusivo de las clases pudientes o los negocios y a nivel internacional aún no funcionaban. Recordemos que algunas calles o estaciones han cambiado de nombre y que el funcionamiento de algunas instituciones era completamente distinto.”
Premio ODILO a la Novela Histórica
“Que reconozcan tu trabajo siempre ilusiona y da fuerzas para seguir adelante y si además lo hace una empresa como ODILO, todavía mejor. Estoy muy agradecida”, explica la autora al ser preguntada sobre el reconocimiento. “Creo que disponer de una plataforma como ODILO, es una nueva ventana para poder hacer que los contenidos y los libros lleguen a las personas de una forma sencilla y moderna. Cualquier herramienta o entorno que ayude a que la gente tenga acceso al conocimiento o a la educación, merece mucho la pena y ODILO lo está haciendo francamente bien.”