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En la situación de evolución tecnológica en la que nos encontramos es fácil dar con niños que manejan la tecnología como si hubiesen nacido con una tableta en la mano.
Se trata de dispositivos bastante intuitivos, que con dos o tres movimientos sencillos podemos manipular la mayoría de sus aplicaciones. Para los bebés, que ven a sus padres usar el móvil, cualquier dispositivo con pantalla es táctil, de hecho muchas veces se sorprenden al descubrir que no siempre es así. Sin embargo en muchas ocasiones se les deniega el acceso a estos dispositivos, se considera algo negativo, e incluso perjudicial, pero con la tecnología pasa como con todo, en su justa medida resulta muy beneficiosa.
Pero, ¿por qué los niños (y los adultos) se sienten atraídos, casi hipnotizados, por la tecnología? Pues bien, el especialista en neurología pediátrica Manuel Antonio Fernández da tres razones por las que la tecnología provoca esta insaciabilidad: respuesta gratificante, respuesta inmediata, y respuesta repetitiva o ilimitada. Es decir, la tecnología nos da lo que queremos, rápidamente y podemos volver a disfrutarlo de forma infinita. Esto hace que prácticamente cualquiera pueda estar horas y horas usando un Smartphone, o una Tableta, y que sin embargo parezca que el tiempo no ha pasado. Si aplicamos esta situación al menor auto control de los niños puede provocar un problema para el pequeño.
Aun así varios estudios científicos defienden que la tecnología resulta esencial y muy beneficiosa para fomentar el aprendizaje y las capacidades intelectuales de los niños, resulta evidente la necesidad de aplicar estos nuevos dispositivos a la vida escolar como un método de aprendizaje más. No hacerlo supondría ralentizar el desarrollo y la inclusión social y laboral de estos niños en una sociedad cada vez más informatizada.
Pero nos encontramos con otro problema; ahora que la mayoría de las escuelas están dotadas tecnológicamente en mayor o menor medida, y que la mayor parte de la sociedad tiene acceso a Internet desde algún dispositivo electrónico, ¿saben realmente los maestros usar estos dispositivos con un fin pedagógico? Probablemente algunos habrán recibido formación para trabajar en estos nuevos soportes digitales, pero quizá el enfoque que se ha hecho no sea el correcto. Constantemente intentamos adaptar los contenidos físicos al medio digital. Cuando en verdad, lo que deberíamos intentar es generar nuevo contenido educativo en soporte digital. No se trata de romper metodológicamente con lo anterior, si no de saber adaptarlo, modificarlo y generar todo lo que sea necesario.
No podemos ni debemos conformarnos con tener el libro de texto en papel digitalizado ya que esto sería más una medida de preservación del libro, que una verdadera medida para enseñar a las presentes y futuras generaciones desde el mundo digital. Sin duda es necesario desarrollar nuevas metodologías aplicadas al aprendizaje a través de estos novedosos aparatos, que vayan más allá del uso complementario a la enseñanza tradicional, o de la pura digitalización. Los profesores deben implicarse y buscar cómo puede ayudarles el atractivo que tienen estos dispositivos al desarrollo de sus clases para captar la atención de los alumnos y hacerles más dinámica la lección.
M. García González