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El almacenamiento de la información digital

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La importancia de la selección adecuada para la conservación de información a largo plazo

El almacenamiento de información digital es, sin duda, uno de los retos más importantes a los que tendremos que hacer frente en los próximos años (Valentín Ruíz, Gramage Roselló, 2016), uno de los problemas manifiestamente preocupantes de la revolución digital (Sánchez, 2016). Con el desarrollo de las TIC se ha multiplicado la producción de información en proporciones nunca pensadas.

El riesgo que corremos es no poder conservarla y recuperarla de forma efectiva en un futuro quizás no tan lejano. El problema de la infoxicación también está presente. Cuanta más información sin control y sin descripción se produce, mayor es la dificultad de conservación y acceso de la información a largo plazo. Entramos en el terreno del conservar por si acaso y del no puedo recuperar nada.

Por puesto, existen múltiples opciones de almacenamiento de la información digital, unas con mayores posibilidades de éxito que otras. Bibliotecas, archivos y centros de documentación, o cualquier otro tipo de organización que custodia información es consciente de este problema. Llevan años, siglos, siendo los centros de referencia del saber humano. Por esto han centrado, entre otras cuestiones, sus esfuerzos en:

  • Conservar y preservar los soportes de información.
  • Conservar los dispositivos de procesamiento y lectura de esos soportes.
  • Migrar de unos soportes de información a otros.
  • Describir esa información para que se pueda recuperar de forma precisa.

Si nos centramos en los soportes de almacenamiento de información digital más utilizados en la actualidad, se pueden destacar:

  • CD y DVD. Con una vida estimada de entre 10 y 35 años siempre que se conserven en óptimas condiciones, estos soportes ópticos tienen una capacidad limitada claramente insuficiente para las necesidades de las organizaciones. La degradación y su vulnerabilidad a situaciones de humedad, altas temperaturas, etc. también son cuestiones para tener en cuenta. A pesar de lo anterior, aún siguen siendo muy utilizados.
  • Unidades de discos duros (Hard Drive Disk o HDD), también conocidos como discos duros mecánicos, utilizados de forma soportes externos o en local: cada vez con mayor capacidad de almacenamiento, constituyen una opción muy extendida. Tienen como principales problemas la necesidad de mantenimiento, la degradación (vida media de 5 años) y posibles pérdidas de información por alteraciones físicas del ambiente, así como el riesgo de una catástrofe (de cualquier índole) llevan a pensar que tampoco es la solución definitiva para el almacenamiento de la información de una organización a largo plazo.
  • Unidades de estado sólido (Solid State Drive o SSD): son discos que guardan la información en microchips con memorias flash interconectadas. Tienen bastantes ventajas con respecto a los HDD e igualmente pueden ser utilizados en local. Son más rápidos en el procesamiento, se calientan menos, son más pequeños, pero son bastante más caros. Además, siguen teniendo que hacer frente a problemas similares a los anteriores.
  • Almacenamiento basado en tecnologías cloud computing: es un sistema por el que la información es alojada en servidores externos a la empresa. Habitualmente, conlleva gestión de copias de seguridad y redundancia de la información en lugares geográficamente distantes para asegurar que, en caso de catástrofe, la información sea recuperable. Por esta cuestión, es nuestra principal apuesta para el almacenamiento de datos en empresas, archivos y bibliotecas. Eso sí, por sí solos no son capaces de asegurar por completo la conservación, sino que además es necesario definir modelos de responsabilidad compartida y sistemas de preservación activa de los objetos digitales (Valentín Ruiz y Gramage Roselló, 2016).

En la siguiente figura se muestra la vida media de algunos soportes de almacenamiento.

Figura 1. Vida media de distintos soportes de almacenamiento. FUENTES: Abita (2015); Valentín Ruiz (2018)

Además, se están investigando otros soportes y tecnologías de almacenamiento, por supuesto. Es el caso del ADN. Hace menos de un año se anunciaba que, por primera vez, se había conseguido almacenar un archivo en el ADN de un organismo vivo e importantes compañías, como Windows, están invirtiendo en esta posibilidad (Álvarez, 2017), el principal inconveniente es la sensibilidad de la molécula a la acción de agentes externos. También se está estudiando el almacenamiento en discos duros de cuarzo que tienen una vida estimada de 13800 millones de años y se ha pensado que pueden ser de gran utilidad para museos y bibliotecas (Sánchez, 2016). Otra vía es la denominada blockchain. Es algo reciente (que Pastor, 2018 explica bastante bien) orientado a la descentralización del almacenamiento digital. Todas estas opciones no están disponibles en el mercado, no son baratas o su uso aún no está garantizado.

En definitiva, optemos por el soporte de almacenamiento que optemos, es imprescindible conocer su evolución, analizando los efectos del cambio de una tecnología a otra. Junto a esto, no hay que dejar de lado la importancia de implantar y mantener un plan de preservación de la información, el almacenamiento no es suficiente por sí solo. En el mismo, deberán estar presentes los problemas que pueden afectar a nuestros datos, entre los que se encuentran, precisamente, aquellos relacionados con la selección de un soporte de almacenamiento u otro, pautas de acción en caso de catástrofe, análisis de recursos disponibles, etc. Los profesionales de la información debemos estar alerta y recurrir a la opción que mejor se adapte a nuestras circunstancias, siempre pensando en el largo plazo.

FUENTES:

Álvarez, R. (2018). El primer archivo que han logrado almacenar en ADN con la ayuda de CRISPR ha sido un GIF: ya no hay vuelta atrás. Xataka. Disponible en: https://www.xataka.com/investigacion/el-primer-archivo-que-han-logrado-almacenar-en-adn-con-la-ayuda-de-crispr-ha-sido-un-gif-ya-no-hay-vuelta-atras [Acceso 12 abril 2018].

Abita, V. (productora); Amoroux, V. (director). (2015). Documental: ¿El fin de la memoria? [Documental]. Francia. Disponible en: DOCUMENTALIA CIENCIA [DOCUMENTALIA]. https://www.youtube.com/watch?v=AYbtSpB8pPE [Acceso 19 abril 2018].

Pastor, J. (2018). Qué es blockchain: la explicación definitiva para la tecnología más de moda. [Blog] Xataka. Disponible en: https://www.xataka.com/especiales/que-es-blockchain-la-explicacion-definitiva-para-la-tecnologia-mas-de-moda [Acceso 12 abril 2018].

Sánchez, J. M. (2018). ¿La memoria del futuro? Crean un disco duro de cuarzo con una vida ilimitada. ABC. Disponible en: http://www.abc.es/tecnologia/informatica/soluciones/abci-memoria-futuro-crean-disco-duro-cuarzo-vida-ilimitada-201602170946_noticia.html [Acceso 12 abril 2018].

Valentín Ruiz, F. and Gramage Roselló, F. (2018). Preservación digital en la nube como modelo de futuro. Tábula: revista de archivos de Castilla y León, [en línea] 19, pp.351-366. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6243674 [Acceso 12 abril 2018].

Valentín Ruiz, F. (2018). Una perspectiva integral del archivo: desde la gestación de la política de gestión documental hasta la preservación digital. cnADe: Madrid, 24 y 25 de enero de 2018. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?list=PLPF_vM881Ayv1Hsp5Zqaay20TogpLWt1M&v=288sGOM2XQE#t=1873, http://cnade.es/salon-de-plenos-ii-jornada/ [Acceso 19 abril 2018].

M.J. Baños Moreno

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