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La metamorfosis de los docentes en España: de académicos a e-learners

  • El sistema educativo español ha evolucionado en los últimos cincuenta años en la búsqueda de un modelo educativo más cercano, personalizado y digital. La tendencia es hacia el aprendizaje competencial en torno a las directivas de Europa.
  • El uso de nuevas tecnologías que permiten al alumnado acceder a los contenidos lectivos a través de canales digitales cobran fuerza en la educación del presente.
  • Además, la nueva educación trasciende fuera del aula, ya que tanto alumnos como docentes acceden a ecosistemas digitales de aprendizaje ilimitado y personalizado, donde poder encontrar lo que quieren y necesitan

El modelo educativo ha cambiado de forma sustancial en los últimos 50 años. De acuerdo con los datos del último registro del Ministerio de Educación, nuestro país tenía más de 795.000 profesores de enseñanzas de régimen general en el año 2020, lo que supone un incremento del 75% en comparación con los 450.000 docentes que había en las últimas tres décadas.

Fruto de esta atmósfera propicia al cambio, el modelo educativo, y con él los docentes, ha sufrido una metamorfosis. En los años sesenta el arquetipo de maestro respondía al perfil de un erudito que, como extensión de los progenitores, ejercía una notable autoridad entre el alumnado. Eran tiempos en los que el sistema educativo se regía por la importancia de adquirir una serie de conocimientos y aptitudes a través de métodos basados en la repetición y la memorización. En los años noventa empieza a cambiar la perspectiva hacia el aprendizaje de procesos y herramientas y deja de centrarse únicamente en el saber.

Desde entonces, los avances que ha cosechado la sociedad han impactado en una profesión en la que el carácter social y vocacional siempre han sido cruciales. Ahora se habla del docente como guía, puesto que el alumno toma todo el protagonismo. Ahora son los alumnos quienes adquieren conocimiento por distintas vías, cuando antaño era el docente el mayor responsable de impartirlo. Entonces, ¿qué hará el docente si no es el único que tiene el conocimiento? Pues guiar y plantear situaciones en las que los alumnos lo vayan construyendo. Es el papel del docente en esta era digital. 

En el camino hacia la reinvención del maestro, la personalización de los contenidos, el fomento de la creatividad y la participación son cuestiones clave. Un reto en el que las nuevas tecnologías son la gran solución, como apunta el Componente 19 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno. Frente a la metodología tradicional de escucha pasiva y aprendizaje a base de retención, la nueva vía apuesta por fomentar aprendizajes activos en los que el trabajo en equipo y la resolución de problemas basados en situaciones reales fomentan una mejor asimilación de los contenidos y centrados en el alumno. 

Las nuevas metodologías de educación: los ecosistemas de aprendizaje ilimitado

En este sentido, encontramos ofertas disruptivas como la de ODILO, una scale-up cartagenera que ha puesto sobre el tablero de juego una nueva forma de entender la educación: los ecosistemas de aprendizaje ilimitado. El éxito reside en poner a disposición del docente títulos multiformato, experiencias y programas de aprendizaje a medida, además de la posibilidad de medir de qué manera, a qué momento y cómo aprende cada uno de sus alumnos. Esto permite complementar sus enseñanzas y abordar la educación de su alumnado con un enfoque 360.

“Si no podemos acceder a un contenido de calidad, nuestro aprendizaje se verá limitado. Y si no tenemos el apoyo de una tecnología y personas clave, nos costará avanzar y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos”, comenta Alberto Abel, representante de ODILO

Es así que ODILO ofrece más de 3,9 millones de títulos -el catálogo educativo digital más grande del mundo- entre ebooks, cursos, vídeos, revistas, prensa, recursos educativos, resúmenes, películas o apps educativas en 43 idiomas diferentes, con los que el docente puede guiar al alumno en su educación de una forma más personalizada. 

Esta innovadora forma de entender la educación cuenta con más de 170 millones usuarios en 52 países, donde la plataforma no solo presta sus servicios a centros educativos, sino también a grandes multinacionales y Administraciones públicas. 

“Tenemos la visión de conseguir que cualquier organización ofrezca un aprendizaje ilimitado sin fricciones, de la manera más eficiente y generando el máximo valor ”, añade Sesmero.

Asimismo, este tipo de plataformas permiten al docente elaborar materiales colaborativos para que los alumnos puedan trabajar cooperativamente. Así, ponen a prueba su destreza de trabajo en equipo, lo que constituye una de las llamadas ‘habilidades blandas’ -del inglés ‘soft skills’- que tanto se demandan en los empleos de hoy en día.

Mayor innovación para unas aulas que borran sus fronteras

Completar la transformación del sistema educativo hacia formas de aprendizaje más digitales también pasa por la renovación de las aulas. Las pizarras y tizas, e incluso los libros y bolígrafos, dejan paso nuevas tecnologías como las pantallas digitales, las tabletas y los dispositivos de realidad virtual. Herramientas que permiten al alumno vivir el proceso educativo de manera inmersiva, fomentando así una mayor asimilación de los contenidos.

Así, la educación del siglo XXI vive un momento de reinvención en el que transmitir conocimiento trasciende a la tradición del libro y la presencialidad en el aula. Una nueva forma de aprendizaje en el que las nuevas tecnologías se ponen al servicio de un docente más digital que encuentra en la personalización de sus contenidos una forma más efectiva de que sus alumnos asimilen un conocimiento ahora ilimitado.

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