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El aumento de los perfiles digitales y el teletrabajo en el ámbito laboral ha facilitado que las competencias blandas de los candidatos y empleados cobren más importancia que antes.
En el entorno laboral después de la pandemia, la disminución de la presencialidad, junto con el incremento de la incertidumbre y la complejidad en el trabajo, ha impactado significativamente cómo manejamos nuestras relaciones, tanto laborales como personales, así como nuestras emociones y autoestima. ¿Has trabajado en tus habilidades blandas para ajustarte a esta nueva realidad laboral?
¿Qué son las habilidades blandas?
Cuando hablamos de habilidades no técnicas o soft skills nos referimos a las habilidades relacionadas con la inteligencia emocional y gestión interpersonal. Entre ellas se encuentran la comunicación, escucha activa, empatía, trabajo en equipo, liderazgo, autocontrol, gestión del tiempo, capacidad resolutiva, creatividad o facilidad para establecer relaciones con diferentes tipos de personas y grupos.
Aunque gran parte de estas habilidades tienen su origen en la personalidad, muchas pueden ser trabajadas y desarrollarlas con el tiempo.
En los últimos años, la empleabilidad ha dado un giro de 180 grados, pasando de entender el trabajo como una fuente puramente de beneficios económicos a englobar y dar más importancia a otros aspectos como la conciliación familiar y generación de experiencias positivas que fomenten el desarrollo personal. Y es que a diferencia de las competencias técnicas o hard skills que se obtienen a través de la formación y la experiencia laboral; las competencias blandas se trabajan a través de las relaciones interpersonales, gestión de las emociones, autocontrol y la autoestima.
Esto nos lleva al siguiente punto que sería definir cuáles son las competencias más demandadas en el contexto laboral actual y cómo identificarlas en candidatos o talento interno de las organizaciones.
¿Cuáles son y cómo identificarlas?
Las competencias blandas son subjetivas. No hay una clasificación cerrada ni una ciencia exacta para medir e identificarlas en las personas. Sin embargo, analizando el contexto laboral actual, podemos encontrar cinco de ellas que juegan un papel crucial en la vida laboral de los candidatos y empleados a día de hoy.
- Comunicación y la capacidad de expresar de manera asertiva ideas, ideas u opiniones. Aquí juegan un papel fundamental otras habilidades como la empatía, escucha activa, autocontrol. Dado el alto grado de incertidumbre y ambigüedad en el que nos encontramos, el expertise de comunicación manejando situaciones complejas es de los más demandados.
- Flexibilidad y resiliencia, es decir, tener la capacidad de adaptarse a entornos cambiantes y desafíos que se presentan sin preaviso. Ser proactivos y estar preparados para afrontarlos con confianza, saliendo fortalecido de situaciones adversas, demuestra un alto grado de compromiso y perseverancia que se convierte en una habilidad muy cotizada actualmente.
- Creatividad e Innovación, y contar con una facilidad para imaginar y generar nuevas ideas, al igual que saber cómo aplicarlo dependiendo del contexto o soluciones comunes.
- Pensamiento crítico y la facultad de analizar de manera objetiva, sin la influencia de sesgos externos. Es una habilidad muy valorada para la toma de decisiones adecuadas.
- Positividad, optimismo y la destreza para generar e inspirar pensamientos y emociones positivas. Generar confianza y contagiar entusiasmo es muy importante en ámbito laboral actual, al contrarrestar las emociones negativas que surgen con la incertidumbre y situaciones complejas y difíciles.
¿Cómo medir y trabajar las habilidades blandas en mi equipo?
Las competencias o habilidades blandas se pueden medir de varias maneras dependiendo del objetivo. Tanto si es para un proceso de selección o promoción interna, hay diversos métodos que pueden ir desde los tests psicométricos, a las entrevistas grupales, pasando por la gamificación o los tests de personalidad.
Para muchos profesionales en recursos humanos, las competencias blandas son tan importantes como las duras a la hora de afrontar los desafíos laborales actuales. Los empleados con este tipo de competencias aportan un mayor bienestar y productividad a las organizaciones en las que trabajan. Tal es su importancia que muchas organizaciones incluyen cursos de gestión del tiempo, comunicación o presentaciones eficaces en sus programas de desarrollo y se apoyan en plataformas de aprendizaje digital, para desarrollar este tipo de habilidades.
Y es que, aunque en buena medida son intrínsecas a la personalidad, los especialistas coinciden en que pueden trabajarse y mejorarse.
Transformando organizaciones a través de habilidades blandas
El desarrollo de habilidades blandas tiene un impacto directo en el rendimiento de las organizaciones. Un estudio reciente de la Universidad de Harvard encontró que las empresas con empleados con fuertes habilidades interpersonales ven una mejora del 12% en la productividad y una reducción del 30% en la rotación de personal.
Es por ello que en el contexto laboral actual de complejidad, incertidumbre y transformación constante, las empresas necesitan tener equipos formados en competencias no técnicas. Siendo el aumento de la productividad y la reducción de la rotación de personal, resultados imprescindibles para que puedan mantenerse competitivas en el mercado actual.