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De tanto en tanto, madres, padres, profesores y profesoras, nos planteamos retos pendientes en relación con aspectos diversos; también con la lectura. Por ello, compartimos algunas ideas fáciles para contribuir a que los niños y jóvenes lean más durante el periodo de vacaciones.
En este artículo nos centraremos en los lectores incipientes y florecientes.
3-5 años: lectores incipientes
Dale a cada lectura su tiempo
Durante el acto de lectura en voz alta detente en los diferentes elementos que componen una obra. Desde la imagen de cubierta a cada una de las páginas. Así, tu hijo o hija, tu alumno o alumna, irá tomando conciencia del contenido de la historia. Incluso, del enfoque, del tono, etc. El sencillo gesto de prestar atención a las letras que componen el título y el nombre del autor le ayudará a desarrollar conciencia de cómo el título se conecta a la historia, así como a su autor, a la persona que la inventó.
Inventaros historias
Invita a tu hijo o hija, tu alumno o alumna, a continuar una historia cualquiera o, mejor, sus favoritas a partir de imágenes. Esto le ayudará a comprender la importancia de la imagen y a interiorizar la estructura básica de una historia: introducción, nudo y desenlace. Esta práctica, una vez asimilado el juego, es extensible a cualquier situación, sin necesidad del libro. En el balcón, por ejemplo, elegid a una persona cualquiera que pase por la calle e inventad una historia en torno a ella; o comentad cómo sería un día en el colegio si lo invadieran unos extraterrestres.
Disfrutad de alguna actividad de lectura extra
Es muy recomendable hacer alguna actividad de lectura extra (física o virtual) desde edades tempranas: disfrutar de un cuentacuentos, realizar una visita a algún espacio vinculado a la lectura en sus diferentes dimensiones (una biblioteca en la que tomar prestado un libro, un museo en el que disfrutar de “la lectura de la imagen” de su catálogo…), realizar alguna manualidad a partir de sus lecturas favoritas, etc. Cuantas más lecturas tenga tu hijo o hija, tu alumno o alumna, a su disposición, mejor.
6-8 años: lectores florecientes
Cread un espacio para la lectura
Esta idea se puede llevar a cabo antes. Pero cuando los niños empiezan a aprender formalmente la lectura, se hace especialmente necesario pensar en un espacio adecuado y especial para la lectura. Igual que disponen de escritorio y silla para el estudio. No es necesario complicarse mucho la vida. Un cojín, una silla o sillón cómodos, un cajón o una estantería a su medida y luz adecuada son los ingredientes básicos. Con un poco de imaginación (y con su ayuda) se puede ir un poco más allá: poner un vinilo original en la pared, una tienda de campaña improvisada que le dé intimidad, etc. puede darle ese toque especial. Sigue siendo recomendable que la lectura sea un acto compartido para hacer aclaraciones, valorar el nivel de compresión, pero sobre todo para mantener el componente afectivo de esta práctica.
Establece algunas rutinas lectoras
La lectura se puede practicar en cualquier momento, en cualquier lugar de casa y del centro. Con canciones, audiolibros y poesías; leyendo las instrucciones para hacer una tarea escolar en el aula, o una receta en la cocina. Pero con la gran oferta de actividades que hay también es fácil que no se encuentren ratos para la lectura. Los niños necesitan rutinas para que la lectura se convierta en un hábito igual que recoger sus cosas para guardarlas en su cartera o lavarse los dientes después de comer. Diez minutos es suficiente para empezar.
Amplía el espectro de propuestas y actividades de lectura
Si tu hijo o hija, tu alumno o alumna, se ha familiarizado con la lectura en sus primeros años de vida, llega el momento de ampliar el abanico de géneros y formatos. A partir de los seis es especialmente importante que lea en digital. Ebooks, audiolibros, vídeos… son materiales de lectura que, además de acercar historias y proporcionar conocimientos, le ayudarán a ir desarrollando competencias digitales. En esta franja de edad ya se puede empezar a pensar en crear un itinerario lector provechoso. Es importante no escatimar en lecturas. A partir de esta edad los lectores empiezan a definir sus gustos, con lo que si les gusta una lectura es bueno que se pongan a su alcance propuestas afines. Tienes que brindar a tu hijo o hija, tu alumno o alumna, todo tipo de oportunidades para acceder a la lectura.
Elisa Yuste – ODILO School Product Owner
Más información: https://www.elisayuste.com/